Curated by: Luigi Canali De Rossi
 


2 June 2007

Lo Que Los Principales Medios No Le Dicen: Autismo, Hongos Y Vacunas – Posibles Causas (Parte II)

Lo Que Los Principales Medios No Le Dicen: Autismo, Hongos Y Vacunas - Posibles Causas (Parte II)

La Autism Society of America define al autismo como:

"una compleja discapacidad de desarrollo que aparece típicamente durante los primeros tres años de vida y es el resultado de un desorden neurológico que afecta el normal funcionamiento del cerebro, impactando en el desarrollo de las áreas de interacción social y destrezas de comunicación."

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Photo credit: Time Magazine

La comunidad científica internacional afirma oficialmente que las causas del autismo todavía no son claras y por lo tanto estamos lejos de ver una cura efectiva para esta enfermedad. Sin embargo, estudios recientes han arrojado interesantes resultados que pueden realmente abrir nuevos caminos para la investigación.

Ya hemos publicado un artículo el cual nos presenta una nueva perspectiva sobre el autismo revelando las probables conexiones entre vacunas, mercurio y los orígenes de esta enfermedad. Pero aún hay muchos otros aspectos interesantes que necesitan ser tenidos en cuenta.

El artículo que usted está por leer hoy en la segunda parte de la interesante investigación que ha sido llevada a cabo por Kenneth Stoller y Anne McElroy Dachel, un científico y una defensora que están profundamente comprometidos con el tema del autismo. Han recolectado cierto material que realmente puede contribuir a enriquecer el debate que se está desarrollando en torno a este tópico, a menudo disintiendo con el punto de vista oficial de la comunidad científica establecida.

 




La Nube En Forma De Hongo Que Causó El Autismo


por Kenneth Stoller y Anne McElroy Dachel

En el primer artículo en esta serie sobre el autismo, un dedo mercurial apuntó al alto nivel de mercurio que los niños recibían de sus vacunas y el enorme incremento en la tasa de autismo. Se señaló que el nivel de contaminación ambiental de mercurio provocado por las plantas de energía eléctrica alimentadas a carbón y otras fuentes (tales como la amalgama dental) fue tan alto que una de cada seis mujeres en los Estados Unidos tenía un nivel de mercurio en su cuerpo lo suficientemente alto como para afectar la salud de sus niños.

El costo para la sociedad de esos niños afectados trepa a miles de millones de dólares anualmente y el costo final de cuidar a todos aquellos discapacitados va a costar mucho más aún. Finalmente, se hace hincapié en que esto trasciende el tema del autismo y va más allá ya que compromete el futuro de la vida humana en este planeta si no detenemos la contaminación de mercurio.

Referido al tema de autismo, la prensa ha fallado en presentar ambos lados en el acalorado debate sobre una posible relación entre las vacunas y esta devastadora enfermedad. La última palabra a menudo se le da al Centers for Disease Control and Prevention (Centros Para el Control y Prevención de Enfermedades), sin ninguna mención de la amplia red de conflictos de intereses entre los empleados de CDC y la industria farmacéutica.

Los estudios producidos por el CDC y otros no han finalizado la controversia. Los resultados de estudios de población publicados son atacados cada vez que los funcionarios piensan que tienen la ciencia convincente para zanjar el tema.

Utilizando esos estudios epidemiológicos, el responsable del CDC, Dr. Julie Gerberding, afirmó públicamente:

"Lo que sabemos hoy está basado muchos estudios en los cuales hemos estudiado a niños de diferentes poblaciones de todo el mundo incluyendo los Estados Unidos y ha incluido a miles de niños que la preponderancia de la evidencia sistemáticamente no revela una asociación entre el Tiomersal y el autismo. Estos estudios han sido analizados por algunos de los mejores y más brillantes científicos de todo el mundo y en los Estados Unidos a través de nuestros Institutos de Medicina y la National Academy of Sciences."



¿Quiénes son "los mejores y más brillantes"?

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Los estudios hechos por "algunos de los mejores y más brillantes científicos de todo el mundo" evocan imágenes de expertos vestidos con guardapolvo blanco en laboratorios con la última tecnología investigando todos los posibles efectos laterales que pueden resultar de utilizar mercurio en las vacunas. A pesar de exhaustiva investigación simplemente salieron vacíos.

Preste atención que la repetida frase repetida es "los estudios no muestran relación" no, "la investigación no muestra relación." esa es una diferencia importante. Los científicos en este caso son estadísticos sentados en computadoras corriendo los números sobre niños y vacunaciones en vez de estar en un laboratorio haciendo pruebas sobre la toxicidad de la vacuna basada en mercurio Tiomersal, o en el campo examinando realmente a niños afectados. Los números que muestran estos investigadores son las pruebas utilizadas para desechar cualquier conexión entre vacunas y autismo.

La posición oficial del CDC también se discutió en el primer artículo y la resumimos aquí:

  • El autismo es genetico;

  • El autismo no es una epidemia en los Estados Unidos.;

  • El autismo no explotó coincidentemente con el importante aumento en las vacunas que contienen mercurio en el calendario de vacunación de niños;

  • El autismo no puede ser curado, sólo tratado con terapia del comportamiento y drogas psicotrópicas.

La CDC no necesitó convencer sobre la verdad respecto de la epidemia de autismo, tal como revela la transcripción de la reunión secreta en Simpsonwood realizada en junio de 2000.

La posición oficial es una mentira que está siendo utilizada para convencer al público norteamericano que las vacunas que contienen mercurio no han afectado a una generación de niños. Esto se está haciendo de manera ilegal porque es ilegal que una agencia federal haga propaganda hacia el público norteamericano.

La ley involucrada aquí es el código estadounidense Título 18, Sección 1001:

"... cualquiera, en cualquier asunto dentro de la jurisdicción de la rama ejecutiva, legislativa o judicial del Gobierno de los Estados Unidos, a sabiendas y voluntariamente:

  1. falsifique, disimule u oculte por cualquier truco, esquema o dispositivo un hecho material;
  2. haga cualquier afirmación o representación falsa, ficticia o fraudulenta;
  3. haga o utilice cualquier escrito o documento falso sabiendo que el mismo contiene cualquier afirmación materialmente falsa, ficticia o fraudulenta; será sancionado bajo este título, condenado a prisión no más de 5 años o, si la ofensa involucra al terrorismo internacional o doméstico (tal como está definido en la sección 2331), condenado a no más de 8 años de prisión, o ambos
"

Si, estas son acusaciones serias, pero este artículo y aquellos que siguen mostrarán los hechos en este caso. Esta es una situación que tiene que llegar a la conciencia pública por lo que se ha dicho, no es sólo referido al autismo, es acerca de un nivel de contaminación de mercurio que puede amenazar a la vida humana en este planeta. Quizás tengamos menos tiempo para resolver este problema que el que tenemos para detener el calentamiento global, a pesar de que los dos se superponen en gran medida.



Periodista revela la verdad sobre el autismo

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Afortunadamente hay algunas pocas excepciones a la regla y una de ésas es la de un verdadero periodista - Dan Olmsted, quien es un periodista investigador para United Press International (UPI), y autor de las series "Age of Autism". Una de las cosas más destacadas que ha hecho fue responder a la pregunta, "¿Hay autismo entre poblaciones no vacunadas?"

Suena como una simple tarea y normalmente hubiera sido algo que nuestra propia CDC podría haber investigado, pero no lo hicieron porque no necesitan hacerlo de nuevo, la CDC ya sabía que el mercurio en las vacunas estaba causando el incómodo incremento en desórdenes de neurocomportamiento. Decidieron que su trabajo era ocultarlo.

Pasé mis primeros años de la escuela de medicina a unos pocos kilómetros de la región Amish en Pensilvania central. Le puedo decir que los Amish tienen la misma conformación genética que el resto de nosotros y son susceptibles a todas las mismas enfermedades.
No hay razones para creer que los Amish tengan súper-genes que los protejan de contraer ciertas enfermedades.

Olmsted se fijó en la población de la nación Amish donde los padres casi nunca vacunan a los niños en su serie "Age of Autism: A glimpse of the Amish." Olmsted informó sobre la comunidad Amish en Pensilvania y descubrió un doctor de familia Lancaster que había tratado miles de pacientes Amish durante más de 25 años. Este doctor dijo que nunca había visto un Amish con autismo.

Olmsted también entrevistó a Dick Warner, quien tiene un negocio de purificación de agua y salud natural y ha estado en hogares Amish por todo el país. "He estado trabajando con Amish desde 1980. Nunca he visto un niño Amish autista - ni uno ," le dijo a Olmsted. " Lo sabría. Tengo una fuerte formación médica. Sé cómo se ve la gente autista. Tengo amigos que tienen niños autistas ," agregó.

Olmsted encontró una mujer Amish en el condado de Lancaster con un hijo autista pero resultó ser que el niño fue adoptado de China y había sido vacunado. La mujer sabía de otros dos niños autistas pero, de nuevo, uno de ellos había sido vacunado.

El nueve de junio, 2005, Olmsted informó sobre la tasa de autismo en la comunidad Amish alrededor de Middlefield, Ohio, la cual era de 1 en 15,000, de acuerdo con Dr. Heng Wang, el director médico, en el DDC Clinic for Special Needs Children - Clínica DDC para Niños con Necesidades Especiales.

"Hasta ahora ," de acuerdo con Olmsted, " hay evidencia de menos de 10 Amish con autismo; debería haber centenares si la enfermedad ocurre a la misma tasa de 150 a 1, tal como sucede con los niños nacidos en el resto de la población."

El siete de diciembre 7, 2005, "Age of Autism" informó que miles de niños cuidados por Homefirst Health Services en el área metropolitana de Chicago tenían al menos dos cosas en común con los niños Amish, nunca habían sido vacunados y no tenían autismo.

Homefirst tiene cinco oficinas en el área de Chicago y un total de seis doctores. "Tenemos aproximadamente 30,000 o 35,000 niños que hemos cuidado en el transcurso de los años, y no creo que hayamos tenido un solo caso de autismo en los niños enviados por nosotros que nunca recibieron vacunas," dijo el Dr Mayer Eisenstein, director médico de Homefirst quien fundó la práctica en 1973.

Olmsted reportó que la tasa de autismo en las escuelas públicas de Illinois es 38 por 10,000, de acuerdo con los datos del Departamento de Educación estatal. Al tratar una populación de 30,000 a 35,000 niños, esto significaría lógicamente que Homefirst debería haber visto al menos 200 niños autistas a través de los años, pero la clínica no ha visto ninguno.

En el artículo más reciente de Olmsted el señala la ubicación donde muchos de los primeros casos de autismo estaban concentrados antes que el problema explotara a nivel nacional. Tal como indica:

"El punto de inicio fue la capital de la nación, en particular en los suburbios de Maryland donde investigación gubernamental de avanzada en la década de 1930 y 1940 expuso a las familias a los químicos que dispararon por primera vez el desconcertante trastorno."

El centro de investigación Beltsville del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos en los alrededores de Maryland, justo afuera de la capital de la nación, estaba experimentando con hongos y formas de matarlos utilizando fungicida etilmercurio - el tipo exacto también utilizado en la vacuna Tiomersal.

El etilmercurio fue patentado en la decada de 1920 a través del trabajo de Morris S. Kharasch. Kharasch era un profesor de química en la Universidad de Maryland en College Park, la cual está al lado del centro de investigación Beltsville.

En 1943, el psiquiatra infantil de la Universidad Johns Hopkins Leo Kanner diagnosticó el autismo por primera vez en 11 niños nacidos en la década de 1930. Olmsted había encontrado que esos niños parecían tener un padre relacionado con investigaciones avanzadas vinculadas al mercurio o habían estado expuestos a fungicidas etilmercurio, el cual era utilizado para tratar semillas, retoños y troncos en la década de 1930.

Olmsted concluye:

"Para sintetizar: los primeros casos de autismo parecen irradiar desde un punto central - tal como una explosión tiende a hacerlo. A medida que esas exposiciones se expandían, también lo hizo el autismo. Esto sugiere una verdad nueva y profundamente perturbadora sobre la Era del Autismo: nuestro destino no está en nuestro genes, Querido Brutus, sino en los químicos que cada vez más contaminan nuestro mundo y nuestros niños."

Olmsted tiene que ser recomendado por su estudio e investigación en la causa de autismo. Ha hecho un tremendo servicio para el planeta. Hizo lo que tendría que haber hecho la CDC, pero de nuevo, no necesitaron hacer la investigación ya que sabían que el mercurio es la causa raíz de la epidemia de autismo. La CDC ha actuado hipócritamente en esta epidemia.



¿Qué sabía el gobierno y cuando lo supo?

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Un jurado de la FDA en 1982 dijo que el Tiomersal era:

"toxico, causa daño celular, no fue efectivo para matar bacterias o detener su multiplicación" y que el Tiomersal "generalmente no es reconocido como seguro o efectivo." (1982 Vol. 47, No. 2 Federal Register)

Los niños discapacitados y autistas están viviendo la carga de la prueba de lo que el jurado de la FDA concluyó en 1982. Entonces, ¿qué sucedió? ¿Dónde quedó el principio de precaución? Cuando se comete algo atroz siempre parece estar la justificación de que fue hecho por un bien mayor.

Como la evidencia continua apoyando lo que puede ser el mayor desastre iatrogenico (causado por el médico) de salud pública para afectar a esta nación, también parece que la aparente justificación para permitir deliberadamente que continúe esto se debió para proteger la viabilidad (o rentabilidad) del programa de vacunación. Tal racionalización, sin embargo, ha llevado las cosas a terreno resbaladizo.

Qué poco altruismo hay en esta justificación que contradice las carreras de protección individual, estatus y reputaciones. Este desastre no vino de la nada y finalmente se descubrirá que se podría haber mitigado evitando el uso irresponsable de poder e influencia de una infernal alianza entre corporación y estado. También plantea el interrogante si este fiasco de la salud pública es un escenario aislado.

En 1999, la American Academy of Pediatrics (AAP) y el U.S. Public Health Service (PHS) emitieron una declaración conjunta que decía que debido a que " cualquier riesgo potencial es de preocupación, el Public Health Service, la American Academy of Pediatrics, y los fabricantes de vacunas coinciden en que las vacunas que contienen Tiomersal deben ser removidas lo más pronto posible."

Sólo iban a admitir "que algunos niños pudieron ser expuestos a un nivel acumulativo de mercurio durante los primeros seis meses de vida que excede los lineamientos federales sobre metilmercurio," y le reaseguraron al público que "no hay datos o evidencia de ningún daño causado por el nivel de exposición que algunos niños pueden haber encontrado al seguir el esquema de inmunización existente. Los infantes y niños que han recibido vacuna que contienen Tiomersal no necesitan ser testeados para verificar la exposición al mercurio."

Un reporte que se conoció algunos años después no sonó tan convincente. En 2003, un informe realizado a solicitud del Staff of the Subcommittee on Human Rights and Wellness Committee on Government Reform (Casa de Representantes de los Estados Unidos) se le presentó al entonces jefe, Dan Burton. Se titulaba, "Mercury in Medicine -Taking Unnecessary Risks." (El Mercurio En Medicina - Tomando Riesgos Innecesarios) El reporte concluía que:

" dada la importancia de la vacunación en nuestra estrategia general de salud pública, es imperativo que el Department of Health and Human Services
trate adecuadamente las preocupaciones de familias cuyos niños tienen un posible autismo inducido por vacunas. La continua respuesta de funcionarios oficiales diciendo que "no hay prueba de daño" no es inocente.

La falta de pruebas concluyentes no significa que no haya conexión entre el Tiomersal y el autismo inducido por vacunas. Lo que la falta de pruebas concluyentes indica es que la agencia ha fallado en sus deberes para asegurarse que se realizaron adecuados estudios de seguridad antes de comercializar el producto.

Más aún, en las últimas dos décadas, después de determinar que el Tiomersal ya no era 'generalmente reconocido como seguro' para ungüentos tópicos, la agencia no extendió su evaluación a otras aplicaciones de Tiomersal, en particular como vacuna."

"La misión de la Food and Drug Administration (FDA) es 'promover y proteger la salud pública ayudando a que productos seguros y efectivos alcancen el mercado de manera oportuna y monitoreando productos para una seguridad continuada después que están en uso. Sin embargo, la FDA utiliza un subjetivo barómetro para determinar cuando un producto que tiene riesgos conocidos puede mantenerse en el mercado.

De acuerdo a la agencia, 'en el corazón de todas las decisiones de evaluación de productos de la FDA hay un criterio sobre si los beneficios para los usuarios de un nuevo producto sobrepasarán a sus riesgos. Productos no regulados están totalmente libre de riesgos, de modo que esos criterios son importantes. La FDA permitirá un producto que presente un riesgo cuando sus potenciales beneficios son mayores - especialmente para productos utilizados para tratar condiciones que afectan seriamente la vida.

Este argumento - que los riesgos conocidos de enfermedades infecciosas superan a un riesgo potencial de daño neurológico de la exposición al Tiomersal en vacunas - ha sido continuamente presentado al Comité por los funcionarios del gobierno.

Los funcionarios de la FDA han enfatizado que cualquier posible riesgo del Tiomersal era teórico, que no existía prueba de que existiera daño. Sin embargo, el Comité, luego de una exhaustiva revisión de la literatura científica y documentos internos del gobierno e industria, encontró evidencia que el Tiomersal si suponía un riesgo.

El Tiomersal utilizado como conservante probablemente esté relacionado con la epidemia de autismo. Esta epidemia se podría haber prevenido o reducido si la FDA no hubiera estado durmiendo respecto a la falta de datos de seguridad al inyectar Tiomersal y al brusco ascenso de exposición infantil a esta conocida neurotoxina." "Mercury in Medicine - Are We Taking Unnecessary Risks?" Hearing Before the Committee on Government Reform; 106th Congress; July 18, 2000; Serial No. 106-232

Es irónico que vivimos en una epoca donde la diseminación de un conocido veneno y la desinformación rodeándolo está siendo utilizada contra nosotros como si fuéramos los enemigos en alguna campaña militar. Esto va más allá de los individuos que no quieren perder sus trabajos o aceptar responsabilidades que puedan afectar sus carreras.

Remover el de las vacunas no va a destruir el programa de vacunación, pero requiere la infraestructura para cambiar, y hay organizaciones que simplemente no quieren que ese cambio tenga lugar. Esas organizaciones están asegurando que se continúe en el esquema de vacunación en la forma de vacuna contra la gripe y que las ampollas multi-dosis que contienen el Tiomersal de las otras vacunas continúen siendo licenciadas en los Estados Unidos incluso cuando no se las utilice aquí.

Eso permite que la World Health Organization (WHO) las utilice en países del segundo y tercer mundo. Los fabricantes de vacunas se resisten a eliminar totalmente el mercurio igual que las industrias de los combustibles fósiles no quieren eliminar el mercurio de las columnas de humo de las plantas productoras de electricidad accionadas a carbón y los dentistas no quieren dejar de utilizar mercurio en las amalgamas.

La desinformación que rodea a este tema es tan peligrosa como el mercurio. El público sólo puede percibir lo que se les muestra y ha habido un esfuerzo masivo en mantener al pueblo norteamericano desinformado. Lamentablemente, parece que hemos confiado a la seguridad pública a aquellos que anteponen sus intereses sobre la salud pública.

En junio de 2000, se realizó un encuentro en el Simpsonwood Conference Center en Norcross, Georgia. La reunión fue convocada por los Centros Para el Control y Prevención de las Enfermedades. Hubo ahí gente de la Food and Drug Administration, la World Health Organization, y los principales fabricantes de vacunas, incluyendo GlaxoSmithKline, Merck, Wyeth y Aventis Pasteur.

El encuentro no estuvo abierto al público ni tampoco fueron invitados periodistas. El propósito de la reunión fue discutir los resultados del estudio hecho por Thomas Verstraeten, un epidemiólogo de CDC. El había descubierto una correlación estadística entre la exposición del mercurio a través de vacunas pediátricas y los desórdenes neurológicos en niños incluyendo autismo, ADD, tartamudeo, tics y retrasos en el habla y el lenguaje.

Las conclusiones del encuentro se obtuvieron a través del Freedom of Information Act (Acta de Libertad de Información). Dichos documentos fueron el ejemplo evidente de cómo le habían fallado seriamente los funcionarios de salud al pueblo norteamericano. Dick Johnston, M.D. University de la Colorado School of Medicine fue uno de los asistentes. La información sobre el efecto que el Tiomersal estaba teniendo en niños de Estados Unidos fue tan alarmante que el Dr. Johnston relató esto a los demás:

"Perdonen mi comentario, pero recibí a las ocho un llamado de emergencia y mi nuera tuvo un hijo por cesárea. Nuestro primer varón en la línea de la próxima generación y no quiero que ese nieto tenga una vacuna que contenga Tiomersal hasta que sepamos mejor que está sucediendo. Probablemente lleve mucho tiempo. Mientras tanto, y sé que probablemente haya implicaciones para esto internacionalmente, pienso que quiero que mi nieto solamente reciba vacunas libres de Tiomersal".

La obvia omisión fue la falla en decir:

"No quiero que ningún otro niño estadounidense reciba una vacuna conteniendo Tiomersal hasta que sepamos mejor que está sucediendo. Necesitamos recuperar todas las vacunas con Tiomersal y alertar a los doctores y a los proveedores de cuidado de salud sobre el peligro."

Otros estuvieron igual de preocupados sobre las ramificaciones de la información. El Dr. Bob Chen, jefe de la seguridad de vacunas para los CDC, estaba aliviado que ellos habian "podido mantener esto fuera de las manos de, digamos, manos menos responsables."

El Dr. John Clements, un consejero de vacunas de WHO se lamentó antes que nada que el estudio se había hecho.

Tal vez la preocupación real de aquellos en el encuentro Simpsonwood se expresó mejor en las palabras de Dr. Robert Brent, un pediatra en el Alfred I. du Pont Hospital for Children en Delaware quien dijo: "Estamos en una mala posición desde el punto de vista de defender cualquier litigio."

A los participantes en Simpsonwood se les dijo que la información que habían discutido estaba "embargada" y nadie tenía que revelar sus hallazgos al público. Verstraeten fue contratado inmediatamente por uno de los fabricantes de vacunas (GlaxoSmithKline) en Bélgica. Más de 3 años después publicó los resultados de su análisis en la revista especializada Pediatrics, sólo que esta vez había diluido sus hallazgos 4 veces con conjuntos de datos corruptos y el significado de su informe original discutido en Simpsonwood había desaparecido. No enumeró un conflicto de intereses y le dijo a la publicación que era un empleado de las CDC cuando había sido un empleado de GlaxoSmithKline por tres años (en 2004 una errata se publicó online).

La política del departamento de vacunas de los CDC es promover la seguridad del Tiomersal y mantenerlo en el esquema de vacunación sin importar que - a "mantener el rumbo." Para hacer eso, más de una ley ha sido quebrada y la confianza pública violada.

La racionalización para este fraude fue que cierto nivel de morbilidad (efectos laterales) debe ser tolerado por lo que las buenas vacunas hacen para la mayor población. Sin embargo esta no era una decisión que podían hacer. El CDC está a cargo de la seguridad de las vacunas lo cual debe haber suplantado todas las otras responsabilidades porque las vacunas están reguladas federalmente.

La decisión se tomó para hacer que los argumentos irracionales que defienden inyectar una neuro toxina conocida en el mundo de los niños, mentir sobre lo que resultó y alentar la publicación de datos falsificados con el fin de cubrir lo que se sabía que era verdad.



Escrito originalmente por Kenneth Stoller y Anne McElroy Dachel y publicado en mayo, 2007,"The Mushroom Cloud that Caused Autism" en The Bolen Report.

Lea la parte I: Autism, Mercury and Vaccines: Likely Causes Of Autism Never Mentioned On Mainstream Media



Sobre los autores

Kenneth Stoller, MD, FAAP es director médico del Hyperbaric Medical Center of New Mexico y la Hyperbaric Oxygen Clinic of Sacramento. Es Presidente de la International Hyperbaric Medical Association. Puede ser contactado en: info [at] hbotnm.com

Anne McElroy Dachel de Chippewa Falls, WI es miembro de A-CHAMP (Advocates for Children's Health Affected by Mercury Poisoning) y de la National Autism Association (NAA). Puede ser contactada en: amdachel [at] msn.com.



Photo credits

Autistic children 1: North Jersey
Autistic children 2: Spectrum
Autistic children 3: Scotsman

Kenneth Stoller y Anne McElroy Dachel -
Referencia: The Bolen Report [ Seguir leyendo ]
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