Curated by: Luigi Canali De Rossi
 


13 March 2007

Educación Y Herramientas De Nuevos Medios: Sugerencias Para Su Aplicación En Las Escuelas

Educación Y Herramientas De Nuevos Medios: Sugerencias Para Su Aplicación En Las Escuelas

El siguiente es un artículo de mi autoría, publicado el 1 de febrero de 2007 en el diario Rio Negro de la provincia homónima, en la Patagonia Argentina. Tomo como punto de partida el anuncio del Gobierno Provincial de proveer computadoras y acceso a Internet a un importante número de escuelas públicas y formulo una propuesta para optimizar su uso:

La Informática En Las Escuelas

Wilfredo Pareto fue un economista italiano autor del llamado Principio de Pareto, también conocido como la Regla de 80/20. Sus observaciones señalaban que el 20% de la gente concentraba el 80% de la riqueza y el poder político, mientras que el 80% restante de la población compartía el 20% de la riqueza, con escasa influencia en la cosa pública. Se descubrió luego que este principio podía ser aplicado en otras áreas.

La informática es uno de esos campos donde el Principio de Pareto sirve muy bien para explicar la subocupación de los recursos: el 80% del tiempo se utiliza el 20% de los recursos. De los programas que un usuario tiene instalados en su computadora, la mayor parte del tiempo sólo utiliza una modesta fracción.

question_mark_id190615_size450.jpg

Photo credit: Norma Cornes

Si nos referimos a la informática educativa en las escuelas públicas de Río Negro, (Argentina) y su aprovechamiento por parte de los docentes y alumnos, cabe suponer que dicha proporción puede llegar a rozar un escandaloso 95/5. O por lo menos, esta era la situación hasta fines del año pasado.
El reciente anuncio efectuado por las autoridades de Educación de la provincia, respecto de un aprovechamiento más racional de la informática en las escuelas, no puede ser menos que aplaudido. Si estamos de acuerdo en que hay que reducir la llamada "Brecha Digital", esfuerzos en este sentido son bienvenidos. Sin embargo, la implementación exitosa recaerá inevitablemente en el docente que está frente al curso, lo cual no significa necesariamente esfuerzos extra o resignar contenidos curriculares para lograrlo.

 

Desde el punto de vista de marketing, el nicho que representa la informática educativa en la Argentina es paradojal: un colosal número de potenciales consumidores de un producto con alto valor agregado, como es la educación, pero con un poder de compra muy reducido. El Estado, ya sea Nación o Provincia, destinó gran parte de las partidas a brindar la infraestructura básica: computadoras y acceso a internet, y ya le queda poco resto como para comprar programas educativos. Sumado a esto, la mayoría de dichos programas son enciclopedias o actividades muy puntuales para un rango reducido de asignaturas, generalmente para las escuelas primarias, sin mencionar el costo que las cooperadoras escolares no pueden afrontar. Es decir, pudimos llegar al 0 km, pero no tenemos para el combustible.

Pero el problema de la informática educativa, al menos en el mundo de habla hispana, no se agota en el costo del software a utilizar. Supongamos el hipotético caso en el que un establecimiento educativo sea tocado con la varita mágica de la Fundación Bill Gates y reciba un cheque en blanco para comprar software educativo que abarque todas las materias de primero a quinto año de una escuela secundaria. Contrariando lo que alguien podría suponer, el quimérico cheque no sería de muchos dígitos: la exigua oferta de programas no ameritaría abusar de la generosidad de nuestro inefable Bill.

Haciendo una analogía con los libros, es bastante parecido a tratar de enseñar Historia de primero a quinto con uno de esos corpulentos volúmenes que ostentan en su lomo, con grandes letras doradas, la palabra Historia. ¿Cuál historia? ¿Del Antiguo Egipto? ¿De la Revolución de Mayo? ¿De los últimos veinte años? Sí, para algunos temas pueden servir, pero no para dictar una materia. En general, obvio es aclararlo, los docentes utilizamos libros de texto que se adapten al perfil de la clase. Cuando nos falta algo creamos nuestro propio material para utilizarlo con un grupo en particular, en una situación particular, teniendo en cuenta un número de variables y componentes que no aparecen en los libros de texto.

170553_8511_by_mela.jpg


Photo credit: Melissa Ramirez

En definitiva, de eso se trata la educación: ayudar al educando considerando su aquí y ahora.

Y si el docente tiene capacidad para generar material didáctico utilizando prácticamente sólo tiza y pizarrón, ¿por qué no puede generar su propio material aprovechando las herramientas informáticas disponibles? ¿Por qué no compartir su creación y a la vez enriquecerse con lo que desarrollaron sus colegas en otras partes de la provincia?

La solución es más fácil de implementar de lo que se piensa. No sólo se trata de infraestructura tangible, cosa parcialmente resuelta, sino también de poner en marcha las muchas veces declamada "educación participativa" o "trabajo cooperativo". Piénselo como una caja negra, olvídese de los detalles técnicos y veamos la idea general.

Volviendo al ejemplo de Historia, supongamos que un docente quiere fomentar el debate que concierne a la Campaña del Desierto. Prepara el texto que servirá de guía, una serie de preguntas para desarrollar la lectura comprensiva del texto y algunas comparaciones entre dicho evento y la historia de los últimos treinta años. Durante la clase, tiene el buen tino de grabar las intervenciones de los alumnos y selecciona las más enriquecedoras. Queda tan entusiasmado con el resultado que quiere compartirlo con otros colegas, conocidos suyos o no. ¿Cómo podría hacer eso?

En otro punto de la provincia, un grupo busca cotejar los procesos de colonización del Alto Valle con los del Valle Inferior. ¿Quién realizó algo al respecto o se está ocupando del mismo?

Un centro de estudiantes de Viedma desea saber como encaran el problema del alcoholismo en otras escuelas. ¿Alguien tiene algún conocido en Bariloche?

Si el material queda confinado a un reducido número de usuarios, estaremos en presencia del Principio de Pareto mencionado al comienzo del artículo: el 80% de la comunidad educativa utilizará sólo el 20% del material generado por los docentes de la provincia. Todos aportamos a la educación: si cada uno de los maestros y profesores que están trabajando genera una actividad en soporte informático por mes, una sola, antes de las próximas vacaciones de invierno la provincia de Río Negro tendría una cantidad de material didáctico más que considerable. No se trata de generar impactantes presentaciones multimedia, ni complejas páginas web. Lo que proponemos aquí es aprovechar el tremendo potencial del recurso informático para compartir conocimiento, saberes y destrezas pedagógicas, apuntando a la construcción de una verdadera comunidad educativa.

Si la idea le gustó, quizás quiera saber cómo se puede implementar.

No problem.

team_at_work.jpg

Photo credit: Leo Cinezi

  • Hay que tener una plataforma informática donde todos puedan subir su aporte, sin que esto requiera grandes conocimiento técnicos. La enciclopedia de creación colectiva Wikipedia es el ejemplo por excelencia en este campo. Hoy por hoy existen muchas herramientas similares, conocidas como wikis.
  • Medios de comunicación en tiempo real a bajo costo o gratuitos. Actualmente la gran mayoría de nuestros alumnos y docentes saben utilizar el chat. Ultimamente se han difundido los servicios de voz a través de internet (VoIP), siendo Skype uno de los más populares. En este servicio en particular se pueden realizar conferencias de voz en tiempo real con hasta cien participantes, de manera gratuita.
  • Así como hay lugares en los que compartir textos, fotos y video (YouTube), existen también sitios en internet donde es posible subir y descargar archivos de audio llamados podcast, esos mismos que luego se pueden escuchar en un reproductor MP3. Esta es una excelente manera de difundir conferencias, reportajes, enseñanza de idiomas, noticias breves, etc.
  • Compartir documentos y planillas de calculo online. Suponga que los profesores de Educación Física quieran hacer un estudio estadístico con un gran número de alumnos. No hay que presentar un proyecto, esperar que lo aprueben (o no), enviar los resultados a alguna repartición y aguardar su procesamiento. Cada profesor sube los datos de sus alumnos y va viendo, casi en tiempo real, los datos de la muestra (Google Docs).

Sí, parte de las cosas propuestas se pueden hacer mediante e-mail, pero volveríamos al punto de partida: esfuerzos aislados, sin que nadie se entere, sin poder compartirlo y sin enterarse qué hacen los demás colegas. Creo que para redondear el concepto, lo mejor es imaginarse una enorme sala virtual de profesores. No hay limitaciones ni de tiempo ni de espacio para intercambiar experiencias, opiniones, consejos y material. Todos aportan y todos seleccionan lo más apropiado a sus necesidades. Cuanto más alta sea la participación y el número de docentes que contribuyen, más rico será el resultado. Con un aporte mensual, uno solo, los resultados serían impresionantes.

¿Damos el próximo paso?

Artículo original publicado en el diario Río Negro, Argentina el 1 de febrero, 2007

Miguel Corsi -
Si te gustó la nota puedes recibir actualizaciones suscribiéndote via RSS o via email.

O compartirla:
 
 
 
 
Comentar    
blog comments powered by Disqus
 


 

 

 

 

Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons License.

 

6942


Curated by

Publisher MasterNewMedia.org - New media explorer - Communication designer
Web Analytics