Curated by: Luigi Canali De Rossi
 


La Formación Docente Es El Talón De Aquiles De Nuestra Sociedad: El Ocaso De Los Profesorados

La Formación Docente Es El Talón De Aquiles De Nuestra Sociedad: El Ocaso De Los Profesorados

Pregunta: ¿Cuál será la gran idea de 2006 que estará extinta en 2036?
Respuesta: La capacitación del docente moderno

Para 2036, las formas de preparación de los docentes que actualmente prevalece en las naciones occidentales se habrá hundido en el olvido.

Habremos descartado institutos de formación docente, las pedagogías que se enseñan y el aparato de certificación al cual sirven. Tales institutos, pedagogías y certificaciones se han adherido obstinadamente a la vida durante la mayor parte de un siglo a pesar de amplias evidencias de su inviabilidad.

¿Por qué predecir que en los próximos 30 años se extinguirán, tal como le sucedió al perezoso gigante?

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Photo credit: Rob Marmion

¿Por qué el mundo occidental no puede producir docentes talentosos y entusiastas?

Aquí está la respuesta del director de The Kings College in New York City, Peter Wood:

 

En una era donde los trabajos que requieren un alto nivel de inteligencia capacitada fluyen fácilmente a India y otros países, las naciones occidentales se están despertando a la desagradable realidad que no somos muy buenos en educación básica.

Una mediocre enseñanza no es la única razón por la cual no somos muy buenos en educación básica.

Un doloroso y creciente gran porcentaje de niños que crecen prácticamente sin sus padres; cada vez más los niños se pierden en el zumbido de distracciones electrónicas; y sobrecargamos a los niños con rencillas de grupo a expensas del aprendizaje.

Cada algunos años nuestros gobiernos lanzan ambiciosos nuevos programas para reformas escolares, cada uno de los cuales parece crear un remolino de nuevos tipos de transgresiones educativas.

Pero después que hemos separado y sopesado todas estas trastornadas contribuciones, el principal problema que queda es que simplemente no hacemos un buen trabajo para motivar a las personas talentosas a que se conviertan en maestros y en equiparlos con una preparación correcta.

La causa más grande de las deficiencias en nuestras escuelas es el risible sistema con el que capacitamos a los docentes.

Críticos informados han estado despotricando contra las fallas de ese sistema desde la década de 1940. La lista de críticas ha cambiado poco desde entonces.

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Photo credit: Bobby Deal



Por lo general los institutos de formación docente reciben flojos estudiantes.Las notas promedio SAT para los futuros maestros han figurado durante décadas entre las más bajas de todos los estudiantes.

Los institutos de formación docente luego proceden a investir a estos bien intencionados, pero torpes muchachos, con confusas ideas sobre como aprenden los niños.

La sabiduría de cómo enseñar acumulada a través de varios miles de años de civilización es dejada rápidamente de lado en favor de lo que algunos recientes teóricos en educación han conjeturado. Dichas elucubraciones típicamente están respaldadas por una forma de "investigación" de ciencias sociales menos rigurosa que las encuestas de lectores en las revistas de supermercados.

Y, por supuesto, los estudiantes son enviados a estudiar "metodología" a expensas de aprender mucho de la substancia de las verdaderas asignaturas que van a enseñar.

Por supuesto, unas pocas almas brillantes e idealistas, sin miedo de clases ridiculizantes en la teoría educacional, siempre se las han arreglado para eludir los guardianes en las oficinas de admisión de los institutos de formación docente. No importa. Los educadores tienen otras líneas de defensa, como requerimientos curriculares estatales y estándares de certificación que aseguran que, incluso los excepcionalmente talentosos, estén forzados a abrevar en las aguas de falsas teorías.

El sistema ha sido institucionalizado tan exitosamente en los Estados Unidos y en los países del Commonwealth que parecería quijotesco predecir su ocaso. Después de todo, es apuntalado por sindicatos de docentes conectados políticamente, leyes estatales, un masivo aparato regulatorio, colegios y universidades con grandes intereses financieros para que continúe y millones de docentes mal-educados que no están dispuestos a reconocer sus mal empleadas vidas.

Sin embargo, está condenado.

En 2036, todavía necesitaremos docentes. Educar y civilizar a los niños siempre requerirá adultos reales que ingresen en relaciones sustentables con los estudiantes.

Pero el tipo de docentes que vamos a necesitar serán personas que conozca sus asignaturas en profundidad y las cuales pueden inspirar en los jóvenes el amor hacia el aprendizaje. Simplemente no seremos capaces de sostener un sistema en el cual la enseñanza es un trabajo chapucero para el carente de talento.

El mercado mundial ya está forzando las compañías occidentales a reevaluar la situación. Un diploma de high school no significa mucho, a pesar de que puede ser un símbolo de férrea determinación para soportar aburrimientos soberanos.
Pero muchos de los trabajos en los países occidentales requieren bastante más que simplemente mantenerse despierto un turno de ocho horas. necesitar una agilidad mental que nuestras escuelas simplemente no estimulan y nuestros pobremente entrenados docentes ni siquiera pueden imaginar.

¿Qué sucederá?

En los Estados Unidos, más y más familias están abandonando las escuelas públicas a favor de la educación-en-casa, escuelas privadas y escuelas charter.

Los padres tienen ambiciosos planes para sus hijos y no quieren arruinar su futuro dándoles una formación intelectualmente empobrecida. La presión política está creciendo para que las alternativas a las escuelas públicas sean más fáciles para todos y más accesibles para las minorías en particular.

La población base para las escuelas públicas que provee el motor económico para los profesorados está cambiando. Y al mismo tiempo, el producto esencial de las escuelas públicas - el diploma del high school - ha sido devaluado tanto por los empleadores como por las instituciones educativas.

Hasta no hace mucho tiempo, un estudiante escolarizado en el hogar era una situación anómala que requería motivos justificados. Actualmente, algunas instituciones miran a los estudiantes que se qué han hecho su carrera en sus hogares como los candidatos preferidos, los cuales probablemente esté mejor preparados para la educación superior que sus compañeros provenientes de escuelas públicas.

Estas no son tendencias pasajeras.

Señalan lo que se aproxima: iremos a un sistema en el cual un título en educación señalará a un docente potencial como sub-educado y mal-preparado. En vez de eso los docentes serán reclutados de los rankings de aquellos que fueron educados de manera liberal y aprenderán, como todos los buenos docentes siempre han aprendido, por devoción a la tarea misma.

Los sindicatos docentes resistirán esto amargamente, pero esta es una lucha perdida de antemano, cómo surge de manera evidente por el cambio que está ocurriendo en los estados de USA durante los últimos 20 años con un requerimiento de que el docente tiene que tener un título máster para estar certificado de manera permanente.

Oculto dentro de este requerimiento este reconocimiento tácito de que el título de docente no graduado es, a los efectos prácticos, inútil. ¿Qué hace pensar que un título máster de la misma escuela, con cursos enseñados por la misma facultad, es mejor?

Finalmente , el público que paga impuestos en las naciones occidentales superará la inercia política de los sindicatos y pedirá que las escuelas públicas contrate docentes verdaderamente talentosos. Cuando eso suceda, los institutos de formación docente serán cerrados. Intentarán transformarse para evitar este destino, pero dudo mucho que esos esfuerzos prevalezcan.

La idea misma de tales escuelas fue mal concebida desde el inicio. Las personas que aspiran a convertirse en verdaderos docentes no necesitan entrenamiento en teoría y metodología.

Necesitan aprender sus materias y promover la tarea de ayudar a jóvenes a que se conviertan en dueños de sus propias mentes.

A pesar de que hablo aquí desde la perspectiva de un cambio institucional en particular -- la obsolecencia de los institutos de formación docente -- en realidad estoy prediciendo un tipo de cambio cultural en occidente hacia una ética que se aleje de lo que representan los profesorados.

Representan una actitud de cómodo ajuste a la mediocridad. Representan extraviadas ambiciones y una indiferencia general por el esfuerzo intelectual. Ellos son, a su manera, una encarnación del despilfarro en el cual, tiempo, esfuerzo y dinero no importan mucho.

Mi predicción es que, enfrentado con un mundo en el cual vemos una verdadera declinación en nuestro nivel de vida debido a que otros países están corriendo delante de nosotros debido a ventajas educativas, descubriremos un profundo desencanto de las instituciones que fomentan tal mediocridad.

Los profesorados no son las únicas instituciones pero están en el corazón del problema.



Escrito originalmente por Peter Wood para The MercatorNet IdeaFest y publicado por primera vez como: "In a globalised world, mediocre teaching is doomed" el sábado 24 de junio, 2006

Sobre el autor:
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Peter Wood es Proboste y Vice Presidente de Asuntos Académicos en el Kings College in New York City.

Peter Wood -
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