Verdaderos Peligros De Los Teléfonos Móviles Y Tecnologías Inalámbricas
Curated by: Luigi Canali De Rossi
 


8 May 2006

Verdaderos Peligros De Los Teléfonos Móviles Y Tecnologías Inalámbricas

Nuestra sociedad se ha convertido social y económicamente dependiente, en apenas una corta década, de una tecnología que está haciendo un tremendo daño a la estructura de nuestro mundo.

Cuanto más afianzados nos permitamos estar, más difícil será cambiar nuestro rumbo. El momento para liberarnos, individual y colectivamente -- a pesar de lo difícil que ya resulta -- es ahora.

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Photo credit: Dimitrios Kaisaris

Es bastante difícil imaginar un mundo sin comunicaciones móviles. El acceso inalámbrico a Internet está destinado a cubrir todo el planeta, igual que las redes de teléfonos celulares ya lo han hecho. Ha habido un desarrollo explosivo - prácticamente durante las últimas tres décadas - que ha traído los teléfonos móviles a los rincones más remotos del planeta. Pero la tecnología no está exenta de peligros. Las microondas que puede transportar bits y paquetes de datos también llevan un germen de destrucción.

Algunas personas - tanto como 120,000 californianos- y por lo tanto 1 millón de estadounidenses - están realmente impedidos de trabajar ya que sufren la influencia incapacitante que esta cacofonía en el éter ejerce sobre ellos..

Podríamos decir que ellos son los desafortunados que tienen que sufrir para que el progreso continúe. ¿Pero ha escuchado alguna vez de canarios en las minas? Ellos son los primeros que mueren cuando una acumulación indetectable pero potencialmente mortal de "gas acumulado en las minas" amenazando las vidas de los mineros trabajando bajo tierra. ¿Qué pasaría si esos 120.000 californianos y el millón de estadounidenses y por extensión decenas de millones de personas en todo el mundo están en un sentido verdaderamente real de nuestro equivalentes canarios en las profundidades de las minas? ¿No estamos ignorando su apremiante situación a costa de nuestro propio riesgo inminente?

Arthur Firstenberg, quien sufriera lo que los rusos llaman "enfermedad de microondas" reunió los puntos más importantes sobre el mayor experimento biológico de todos los tiempos, en un artículo de fácil lectura publicado en Eldorado Sun.

No podemos decir que estamos informados en el debate sobre el tema inalámbrico a menos que comencemos a mirar a su lado oscuro como también a los aspectos positivos. El artículo de Firstenberg es tan bueno como cualquiera para orientarnos en esta dirección...

 

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Photo credit: Melissa King

The Largest Biological Experiment Ever
por Arthur Firstenberg

En 2002, Gro Harlem Brundtland, por entonces responsable de la World Health Organization, le dijo un periodista noruego que los teléfonos celulares fueron prohibidos en su oficina en Ginebra porque ella personalmente sufría malestar cada vez que un teléfono celular se acercaba a menos de cuatro metros de ellaMrs. Brundtland es médica y fue Primer Ministro de Noruega.

Esta sensacional noticia publicada el 9 de marzo, 2002 en Dagbladet, fue ignorada por todos los periódicos del mundo. A la semana siguiente Michael Repacholi, su subordinado a cargo del Proyecto Internacional CEM (campos electromagneticos) , respondió con una declaración pública minimizando las preocupaciones de su superior.

Cinco meses después, por razones que pueden suponerse relacionadas con esas circunstancias, Mrs. Brundtland anunció que renunciaría a su puesto en el WHO después de un solo período.

Nada puede ilustrar mejor nuestra esquizofrenia colectiva cuando se trata de pensar sobre radiaciones electromagnéticas. Le respondemos a aquellos que están preocupados sobre sus peligros--una vez más el Proyecto Internacional CEM --pero ignoramos y marginamos a aquellos que, como Mrs. Brundtland, ya han sucumbido a sus efectos.

Como consultor de los efectos en la salud producidos por la tecnología inalámbrica, recibo llamados que pueden ser divididos en dos grandes grupos: los de personas que están simplemente preocupadas, a las cuales denomino A y aquellas que ya están enfermas, y que denomino B.

Algunas veces desearía poder organizar una gran conferencia y hacer que los dos grupos hablen entre sí -- necesita haber más entendimiento mutuo se ha que todos estamos intentando resolver los mismos problemas. La persona A, preocupada, generalmente pregunta qué tipo de protección comprar para su teléfono celular o qué tipo de auricular utilizar. Algunas veces quiere saber cuál es la distancia segura para vivir de una torre celular. La persona B, enferma, quiere saber qué tipo de protección poner en su casa, qué tipo de tratamiento médico seguir, o, cada vez más frecuente, a que parte del país debería mudarse para escapar de la radiación y salvar su vida.

Lo siguiente está diseñado como un tipo de iniciador: primero, para ayudar a que todos más o menos sintonicen la misma frecuencia y segundo, para aclarar algunas de las confusiones de modo que podamos hacer algunas decisiones racionales hacia un mundo más saludable.



Principios básicos

Los hechos más básicos sobre teléfonos y antenas celulares es que emiten radiación de microondas; tambien lo hacen las antenas Wi-Fi (Internet inalámbrico), computadoras inalámbricas, teléfonos sin cable (portátiles) y sus bases, como así también todos los demas dispositivos inalámbricos.

Si es un dispositivo de comunicaciones y no está fijado a la pared por un cable, está emitiendo radiación.

La mayoría de los sistemas Wi-Fi y algunos teléfonos sin cables exactamente a la misma frecuencia que un horno a microondas, mientras que otros dispositivos utilizan una frecuencia diferente. Wi-Fi está siempre encendido y siempre está irradiando. Las bases de la mayoría de los teléfonos sin cable siempre están irradiando, incluso cuando nadie está utilizando el teléfono. Un teléfono celular que está encendido, aunque no esté en uso, también está irradiando. Y, no hace falta decirlo, las torres celulares están siempre irradiando.

¿Porqué esto es un problema, usted podría preguntarse? Los científicos generalmente dividen el espectro electromagnético en "ionizante" y "no-ionizados". La radiación ionizante, la cual incluye rayos x y radiación atómica, causa cancer. La radiación no-ionizante, que incluye radiación de microondas, se supone que es segura. Esta distinción siempre me recuerda la propaganda en "Granja de Animales" de George Orwell: "Cuatro patas bueno, dos patas malo". "No-ionizante bueno, ionizante malo" es muy poco creible.

Un astrónomo una vez bromeó que si Neil Armstrong hubiera llevado un teléfono celular a la Luna en 1969, hubiera aparecido como la tercera fuente de radiación de microondas más poderosa del universo, al lado del Sol y La Vía Láctea. El tenía razón. La vida evolucionó con niveles insignificantes de radiación de microondas.

Un número cada vez mayor de científicos especulan que nuestros propios celulares, de hecho, usan el espectro de microondas para comunicarse entre sí, igual que niños susurrando en la oscuridad y que los teléfonos celulares, igual que martillos neumáticos, interfieren con sus señales. En cualquier caso, es un hecho que estamos siendo bombardeados, día y noche, ya sea que utilicemos un teléfono celular o no, por una cantidad de radiación de microondas que es diez millones de veces más fuerte que el entorno promedio natural. Dictamen es un hecho que mucha de radiación es debida a tecnología que se ha estado desarrollando desde la década del 70.

Mientras que los mismos teléfonos celulares producen preocupación, si coloca uno en su cabeza está dañando su cerebro de diferentes maneras. Primero, piense en un horno a microondas. Un teléfono celular, igual que un horno microondas y a diferencia de una ducha caliente, lo calienta a usted de adentro hacia fuera y no de afuera hacia dentro.

Y no hay terminaciones nerviosas en el cerebro para advertirle de un aumento en la temperatura porque no hemos evolucionado con radiaciones de microondas y esto nunca sucede en la naturaleza.

Peor aún , la estructura de la cabeza y el cerebro tan compleja y no uniforme que se generan "puntos calientes", donde el calentamiento pueden ser decenas o centenares de veces lo que es adyacente. Los puntos calientes pueden ocurrir cerca de la superficie del cráneo y profundo dentro del cerebro, como también a nivel molecular.

Los teléfonos celulares son regulado por la Federal Communications Commission y usted puede encontrar en el empaque de muchos teléfonos nuevos, un número llamado el Specific Absorption Rate, o SAR, el cual se usa para indicar la tasa a la cual la energía es absorbida por el cerebro de ese modelo en particular.

Un problema, sin embargo, es la suposición arbitraria sobre la cual se basan las regulaciones de la FCC, en que el cerebro puede disiparse de manera segura el calor agregado a una tasa de hasta 1 grado C por hora.

Esta mezcla es el escandaloso procedimiento utilizado para demostrar que se está dentro de esos límites y darle a cada teléfono celular su calificación SAR.
La manera estándar para medir el SAR está en un "fantasma" consistiendo, increíblemente, de un fluido homogéneo encapsulado en Plexiglas con la forma de una cabeza. Presto, ¡no hay puntos calientes!

Pero en realidad, las personas que utilizan teléfonos celulares durante horas diariamente están calentando crónicamente ciertos lugares en sus cerebros.

El estándar de seguridad de la FCC, dicho sea de paso, fue desarrollado por ingenieros eléctricos, no doctores.

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Antena repetidora de teléfono móvil en una remota isla en la mitad del Atlántico - Photo credit: Sepp Hasslberger



La Barrera Sanguínea Del Cerebro

El segundo efecto en el cual quiero concentrarme, el cuál ha sido demostrado en el laboratorio, debería ser por sí mismo suficiente para cerrar ésta industria y debería ser suficiente para espantar a cualquiera de siquiera usar de nuevo un teléfono celular.
Yo lo llamo el "revólver humeante" de los experimentos de teléfonos celulares. Como muchos efectos biológicos de radiaciones de microondas, este no tiene nada que ver con el calentamiento.

El cerebro está protegido por apretadas uniones entre células adyacentes de paredes capilares, la llamada barrera sanguínea, la cual, igual que una patrulla fronteriza, permite que pasen los nutrientes de la sangre al cerebro, pero mantiene alejadas las sustancias tóxicas.

Desde 1988, los investigadores en el laboratorio de un neurocirujano sueco, Leif Salford,
han estado realizando variaciones de este simple experimento: exponen a jóvenes ratas de laboratorio a un teléfono celular o a otra fuente de radiación de microondas y luego sacrifican los animales y buscan albúmina en su tejido cerebral.

La albúmina es una proteína que es un componente normal de la sangre pero que normalmente no cruza la barrera sanguínea del cerebro. La presencia albúmina en el tejido cerebral siempre es signo de que las venas han sido dañadas y de que el cerebro ha perdido algo de su protección.

Esto es lo que los investigadores han encontrado, consistentemente durante 18 años : Las radiaciones de microondas, en dosis iguales a las emisiones de los teléfonos celulares, provocan que se encuentre albúmina en el tejido cerebral.

Una simple exposición a un teléfono celular común por apenas dos minutos hace que el albúmina fluya al cerebro.

En un conjunto de experimentos, reducir el nivel exposición en un factor de
1,000 en verdad aumento es daño de la barrera sanguínea cerebral, mostrando que no es el efecto de respuesta a una dosis y que reducir la potencia no hará que la tecnología inalámbrica sea más segura.

Y finalmente, en una investigación publicada en junio 2003, una simple exposición de dos horas a un teléfono cellular permanentemente dañó la barrera sanguínea cerebral y, en un autopsia 50 días más tarde, se encontró que había dañado o destruido hasta el 2 por ciento de las células del cerebro de un animal, incluyendo células en un área del cerebro relacionada con el aprendizaje, memoria y movimiento.

Reducir el nivel de exposición por un factor de 10 o 100, de este modo duplicando el efecto de utilizar un headset, mover un teléfono celular más lejos de su cuerpo, o estado cerca del teléfono de otra persona, ¡no cambió apreciablemente los resultados! Incluso en la exposición más baja, mitad de los animales tenían número de moderado a alto de neuronas dañadas.

¿Las implicancias para nosotros?

Dos minutos de un teléfono celular trastornar la barrera sanguínea cerebral, dos horas en un teléfono celular causar un daño cerebral permanente y las radiaciones de segunda mano pueden ser igual de perjudiciales. La barrera sanguínea cerebral ella misma en una rata que en un ser humano.

Esos resultados causaron tantas conmoción en Europa que en noviembre 2003 una conferencia tuvo lugar, auspiciada por la Unión Europea, titulada "The Blood-Brain Barrier -- Can It Be Influenced by RF [radio frequency]-Field Interactions?" como para demostrarle al público: "Miren, estamos haciendo algo al." Pero, previsiblemente, nada se hizo, como nada se ha estado haciendo durante 30.

Allan Frey de Estados Unidos, durante los 1970s, fue el primero de muchos en demostrar que la radiación de microondas de bajo nivel daña la barrera sanguínea cerebral. Mecanismos similares protegen el ojo (la barrera sanguínea vitrosa) y el efecto (la barrera de la placenta) y el trabajo de Frey y otros indica que las radiaciones de microondas dañan también a ésas barreras.

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Photo credit: Leah-Anne Thompson

Las implicaciones : Ninguna mujer embarazada debería estar siquiera utilizando un teléfono celular.

Dr. Salford es bastante claro acerca de su trabajo. El ha denominado al uso de teléfonos celulares de mano "el más grande experimento biológico jamás realizado." Y ha advertido públicamente que toda una generación de adolescentes usuarios de teléfonos celulares puede sufrir déficit mentales o enfermedad de Alzheimer cuando alcancen la edad madura.



Enfermedad De Ondas De Radio

Desafortunadamente, los usuarios de teléfonos celulares no son los único que están siendo dañados, ni tampoco deberían estar preocupados solamente por el cerebro. El siguiente resumen está inspirado en una amplia literatura científica sobre los efectos de ondas de radio (un espectro más grande el cual incluye microondas) junto con las experiencias de científicos y doctores de todo el mundo con los cuales estoy en contacto.

Los órganos que han mostrado ser especialmente susceptibles a la sombra -- incluye los pulmones, sistema nervioso, corazón, ojos, testículos y glándula tiroidea.

Las enfermedades también han aumentado significativamente en las últimas dos décadas , y que hay una buena razón para relacionarlo con el masivo aumento de la radiación en nuestro entorno, incluye asma, desórdenes del sueño, desórdenes de ansiedad, desórdenes de déficit atencional, autismo, esclerosis múltiple, ALS, enfermedad de Alzheimer, epilepsia, fibromialgia, síndrome de fatiga, cataratas, hipotiroidismo, diabetes, melanoma maligno, cancer testicular, y ataques cardiacos e infartos en gente joven.

La radiación de torres de microondas también ha sido asociada con la extinción de bosques, fallos en la reproducción y declinación en la población de muchas especie de pájaros y deformidades de nacimiento en animales de granja.

La literatura que muestra los efectos biológicos de la radiación de microondas es realmente enorme, de decenas de miles de documentos, y estoy asombrado que los voceros de la industria afirmen que la tecnología inalámbrica demostró ser segura o -- igual de ridículo-- que no hay evidencia de daños.

He omitido una enfermedad de la lista anterior: la enfermedad que tiene la persona B y que yo también tengo.

Una breve historia es apropiada aquí. En los 1950s y 1960s los trabajadores que construyeron, testearon y repararon equipos de radar contrajeron esta enfermedad en grandes números. También hicieron los operadores de calentadores y selladores industriales de microondas. Los soviéticos lo denominaron, apropiadamente, enfermedad de las ondas de radio y lo estudiaron de manera muy amplia. En el oeste su existencia fue negada totalmente, pero los trabajadores se enfermaron de cualquier forma.

Los testimonios en el congreso en 1981, presididos por el entonces representativo Al Gore, en los efectos sobre la salud de calentadores y selladores de radiofrecuencia, fueron otro episodio en "Miren, estamos haciendo algo al respecto" , mientras que nada se está haciendo.

Hoy, con la proliferación en masa de torres de radio y transmisores personales, la enfermedad se ha expandido como una plaga en la población en general. Se estima que puede llegar a abarcar hasta un tercio de la población, pero raramente se lo reconoce hasta que ha discapacitado tanto a una persona que el o ella ya no puede participar más en sociedad. Usted puede reconocer alguno de sus síntomas comunes: insomnio, vértigo, náusea, dolores de cabeza, fatiga, pérdida de memoria, incapacidad para concentrarse, depresión, malestar en el pecho, zumbidos en los oídos. Los pacientes pueden también haberes desarrollado problemas médicos tales como infecciones respiratorias crónicas, arritmias cardiacas, repentinas fluctuaciones en la presión sanguínea, azúcar en la sangre descontrolada, deshidratación e incluso sangrado interno espontáneo.

Lo que hace esta enfermedad que sea tan difícil de aceptar, e incluso más difícil de manejar, es que ningún tratamiento probablemente tenga éxito a menos que uno pueda también evitar la exposición a su causa-- y su causa ahora está en todas partes.

Una investigación de 1998 por el California Department of Health Services indicó que en ese momento 120,000 californianos-- y por lo tanto 1 millón de estadounidenses-- no podían trabajar debido a polución electromagnética.

Los rangos de los así llamados eléctricamente sensitivos están aumentando en casi todos los países del mundo, marginalizados, estigmatizados e ignorados. Con el nivel de radiación en todos lados actualmente, nunca se recuperan y algunas veces toman sus propias vidas.

"Ellos están actuando como una advertencia para todos nosotros," dice Dr. Olle Johansson de personas con esta enfermedad. "Podría ser un gran error someter a toda la población mundial a una irradiación de todo el cuerpo, 24 horas por día". Un neurocientífico en el famoso Karolinska Institute en Estocolmo, Dr. Johansson dirige un equipo de investigación está documentando un empeoramiento permanente y significativo de la salud pública que comenzó precisamente cuando la segunda generación, de teléfonos celulares de 1800 MHz se presentaron en Suecia a fines de 1997.

Después de una larga década de declinación, el número de trabajadores suecos enfermos comenzó a aumentar a fines de 1997 y se ha más que duplicado durante los siguientes cinco. Durante el mismo periodo de tiempo, las ventas de drogas antidepresivas también se duplicaron. El número de accidentes de tránsito, después de disminuir durante años, comenzó a aumentar de nuevo en 1997. El número de muertes de la enfermedad de Alzheimer, después de disminuir durante algunos años, aumentó bruscamente en 1999 y casi se ha duplicado para 2001. Esta demora de dos años es entendible cuando uno considera que la enfermedad de Alzheimer requiere algún tiempo para desarrollarse.



Proliferación descontrolada

Si los teléfonos celulares y las torres celulares son realmente mortales, ¿son seguras las torres de radio televisión con las que hemos estado viviendo durante un siglo? En 2002 Ã-rjan Hallberg y Olle Johansson escribieron en conjunto un paper titulado "Cancer Trends During the 20th Century", el cual examinó un aspecto de esa pregunta. Ellos encontraron, en los Estados Unidos, Suecia y docenas de otros países, que las tasas de mortalidad por melanoma de piel y cáncer de vejiga, próstata, colon, mama y pulmones seguían estrechamente el grado de exposición pública a ondas de radio durante los pasados 100 años. Cuando la transmisión de radio aumentó en una localidad determinada, también lo hicieron algunas formas de cáncer; cuando disminuyeron, también lo hicieron esas formas de cáncer. Y, un descubrimiento sensacional: país por país - y condado por condado en Suecia - ellos hallaron, estadísticamente, que la exposición a ondas de radio ¡parece ser un factor tan importante en causar cáncer de pulmón como fumar tabaco!

Lo cual me lleva a señalar una concepción errónea ampliamente difundida.La mayor diferencia entre las torres celulares de hoy y las torres de radio del pasado no es su seguridad sino sus números.

El número de estaciones de radio ordinarias en los Estados Unidos actualmente es menos de 14,000. Pero el número de las torres celulares y torres Wi-Fi se cuenta por centenares de miles y los teléfonos celulares, computadoras inalámbricas teléfonos sin cable y radios de dos vías alcanzan los centenares de millones.

Los radares y las redes de comunicación de emergencia también están proliferando fuera de control. Desde 1978, cuando la Environmental Protection Agency encuestó por última vez el entorno de radiofrecuencia en los Estados Unidos, la exposición del habitante urbano promedio a las ondas de radio ha aumentado 1000 veces , mucho de este incremento ocurrió solamente en los últimos nueve años. En el mismo periodo de tiempo, la polución de radio sea esparcido desde las ciudades al resto como una niebla omnipresente sobre todo el planeta.

Las vastas consecuencias humanas de todo esto han sido ignoradas. Desde finales de los 1990s una clase completamente nueva de refugiados ambientales han sido creados aquí los Estados Unidos. Tenemos más y más personas, enferma, muriendo, buscando alivio de nuestro sufrimiento, abandonando nuestros hogares y fuentes de ingreso, viviendo en autos, tráileres y tiendas en lugares remotos. A diferencia de las víctimas de huracanes y terremotos, no somos el objeto de ningún esfuerzo de ayuda humanitaria. Nadie está donando dinero para ayudarnos, para comprarnos un refugio protegido; nadie está renunciando a sus teléfonos celulares, sus computadoras inalámbricas, sus teléfonos sin cable de modo que podamos ser de nuevo sus vecinos y vivir entre ellos.

El preocupado el enfermo todavía no han abierto sus corazones entre sí, pero están haciendo preguntas.

Para responder la persona A: Ningún escudo o headset lo protegerá de su celular o teléfono portátil.

No hay una distancia segura respecto una torre celular.

Si su teléfono celular o su computadora inalámbrica trabaja donde usted vive, usted está siendo irradiado las 24 horas del día.

Para la persona B: Proteger efectivamente una casa es difícil y pocas veces exitoso. Hay solamente unos pocos doctores en los Estados Unidos intentando tratar la enfermedad de ondas de radio y su efectividad es pobre -- porque hay pocos lugares que quedan en la tierra donde uno puede ir para escapar de esta radiación y recuperarse.

Si, la radiación baja de los satélites, también; son parte del problema, no la solución. Simplemente no hay manera de hacer la tecnología inalámbrica segura.



Si quiere ser confortado con más referencias y estudios de investigación que respaldan esto , una biografía completa y una súper lista de otros artículos y recursos relevantes, por favor dirijase a Sepp's Hasslberger Health Supreme y vea la segunda parte de este artículo:

Mobile And Wireless - Largest Biological Experiment

Sepp Hasslberger - Arthur Firstenberg -
Referencia: Health Supreme [ Seguir leyendo ]
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